Los interiores, enriquecidos con elegantes estucos, suaves sofás y quizás iluminación LED de última generación, representan la fusión perfecta entre pasado y presente.
Este estilo, una reinterpretación de un antiguo templo griego con comodidades modernas, es el corazón del diseño neoclásico, una tendencia que vuelve a gozar de gran éxito desde hace unos años.
El encanto del neoclasicismo actual reside en su capacidad de responder a un deseo de sencillez y naturalidad. Materiales como la madera y el mármol se vuelven protagonistas, recordando valores antiguos y una estética atemporal. Este estilo no sólo enriquece nuestros hogares, sino que también nos reconecta con un precioso patrimonio histórico y cultural.
El estilo neoclásico, o clásico moderno, nació en el siglo XVIII como reacción a los excesos del Barroco y propone una vuelta a la pureza del periodo clásico, caracterizado por una elegancia sobria y colores suaves.
Este estilo encaja perfectamente en interiores contemporáneos, combinando decoraciones refinadas con comodidades modernas.
Los elementos clave del neoclasicismo son:
Adoptar el estilo neoclásico en cada ambiente de la casa supone interpretar correctamente sus principios fundamentales. A continuación, se ofrecen algunos consejos para llevar esta elegancia a cada habitación.
El salón es ideal para expresar el estilo neoclásico. Enriquece las paredes con estuco y boiserie. Añade espejos grandes con marcos dorados para ampliar visualmente el espacio y mejorar la luminosidad. Una lámpara de techo con diseño retro, junto con una iluminación perimetral LED, completarán el ambiente.
En la cocina y el comedor, la atención se centra en la mesa. Un modelo con tapa de mármol, un material muy utilizado en los monumentos clásicos, quedará perfecto. Incluso la encimera de mármol en la cocina, en colores neutros, ayudará a crear el ambiente deseado. Y para quienes quieran mayor practicidad, pueden optar por una encimera en Dekton o Sileston, materiales resistentes a todo. Incluso esos pequeños accidentes que pueden ocurrir en una casa habitada.
Para el dormitorio, una cama con cabecero puede convertirse en el punto de apoyo de la estancia, sobre todo si va acompañada de una boiserie pintada en tonos neutros. Este elemento añade un toque de lujo y sofisticación.
Incluso el baño puede reflejar el estilo neoclásico con pocos pero esenciales detalles. Una bañera retro con pies decorativos, materiales como mármol y cerámica y un espejo con marco dorado transforman este espacio en un oasis de elegancia.
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